Tengo el agrado de dirigirnos a Ud. a fin de presentarnos y acercarle información sobre la actividad a la que nos dedicamos desde hace un año aproximadamente.
Mi nombre es Soledad Cardoso, he creado Ana Clara, donde elaboramos papeles con fibras orgánicas y papeles plantables. Nuestro trabajo tiene la bella característica de estar creado a mano con las antiguas técnicas de los molinos papeleros del siglo XV, cuyo origen se basa en un proceso de producción donde se tuvieron en cuenta criterios de sostenibilidad y de respeto al medio ambiente, con el fin de minimizar el impacto ambiental que como todo proceso industrial tiene la fabricación del papel. Es decir, se refiere al seguimiento de buenas prácticas a lo largo de todos los pasos de la producción. Es por esto, que recolectamos los residuos de los diferentes domicilios que lo solicitan o utilizamos los encontrados en la escombrera, basural, calles. Nuestro pequeño taller está realizado con materiales reciclados. Así también, tenemos muy presente el cuidado del agua, tan necesaria para nuestra zona: reutilizamos el agua, de los procesos más limpios a los más sucios, quedando como resultado la eliminación de un solo balde de agua cada 50 papeles.
Nuestros productos, con diseño y desarrollo propio, dan una solución a los materiales de post-consumos orgánicos transformándolos en nuevos productos. Pretendemos ser un modelo de producción y consumo circular, donde el papel puede volver al mismo lugar donde nació, la tierra. Soñamos con una ciudad más verde y más consciente del cuidado de sus recursos.
Ana Clara es una manera de participar en el cuidado de los recursos naturales e integrarlo como conducta a la vida cotidiana. Por un lado, usamos materiales abundantes y renovables. Por el otro, pretendemos ser un motor de generación de abundancia biológica.
En el transcurso de este año hemos sido seleccionados para la mentoría del Ministerio de Producción de la Nación, superando la primera etapa y esperando el comienzo de la segunda. Además, estamos siendo mentoriados por la fundación YPF para emprendimientos de triple impacto y participando de los premios PROESUS que culminarán en noviembre de este año, y que seleccionará 15 emprendimientos sustentables en todo el país. Hemos dado charlas sobre utilización de materiales de post-consumo y participado de diferentes exposiciones y charlas en varias instituciones de nuestra ciudad -Rada Tilly- y de Comodoro Rivadavia.
Creamos vínculos con nuestros clientes que van más allá del consumo de productos, y que perduran por mucho más tiempo, asociando valores como el reciclaje y el contacto con la tierra. Nuestro desafío lo encontramos en el desarrollo de productos innovadores que puedan contemplar, entre otras cosas, la recuperación de residuos.
De esta manera, ya hay muchos convencidos de que estos proyectos son posibles de concretar con una participación activa de todos los actores de una comunidad; Contamos con mucha energía de trabajo, ideas, creatividad e innovación para que este proyecto sea único y responsable en sus prácticas ambientales. Somos una familia que fue cartonera y logró superar muchos obstáculos a lo largo de toda su vida.
¿Por qué hacemos lo que hacemos y cómo lo hacemos?
Porque realmente creemos en ello. No concebimos un modelo de negocio que no tenga en cuenta valores económicos, sociales y ambientales que repercutan de forma positiva en nuestro entorno.
Más O2 y menos CO2. Queremos hacer un mundo más verde y sano. Más bello y más placentero. Necesitamos mitigar los efectos del cambio climático. Por eso trabajamos con plantas.
Respeto ambiental. Sabemos lo que hacemos. Trabajamos con seres vivos. Nunca usaremos transgénicos ni especies que perjudiquen a los ecosistemas existentes ni a la salud humana.
Economía circular. Pretendemos ser un modelo de producción y consumo circular. Nada se destruye, todo se transforma. Usamos residuos como materia prima y, sobretodo, prevenimos que éstos se generen.
Soledad Cardoso
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