El buen vivir fue al encuentro de Micaela Mora, albañila del barro, inquieta aprendiz de estas técnicas que armonizan con la naturaleza al momento de construir.

Ebv:   Contanos sobre tus inicios en la bioconstrucción, sobre tus referentes.  ¿Qué te motivó a dedicarte a esto?

«Mi primer referente en la construcción fue mi papá, quien desde los 11 años trabajó de albañil, continuando con lo que hacía su papá. Aunque no lo eligió, tenía pasión por lo que hacía.

Desde muy chica, cuando estaban construyendo nuestra casa, veíamos como junto a mi  mamá la iban levantando, nosotros hacíamos tortitas de cemento y jugábamos con las herramientas.

A los 15 quería trabajar con mi papá pero él quería que me dedique a estudiar. Ver la pasión con que resolvía artísticamente la obra me llevo a dedicarme a la construcción y a estar muy unida a él.

Desde chica me sentí diferente, no me interesaba andar arregladita o a la moda, insistía a todos con el cuidado del agua, con el reciclaje, con no quemar hojas en el patio , siempre busqué mi propia ideología. Tuve mi experiencia en la Universidad, pero siempre me tiraba la construcción.

Dejé la universidad, me fui de mochilera y volví con el conocimiento de otra forma de construir.

 Le conté a mi viejo que quería dedicarme a la bioconstrucción y hacer mi casita de barro en Mercedes (provincia de Buenos Aires), pegó el grito en el cielo: -¿eso, cómo va a durar?– me decía.

 Yo sentía que quería hacer algo innovador, no quería hacer una construcción convencional, sabía que la construcción natural  tenía muchos beneficios y que  cuidaba la naturaleza, (mi papá me transmitió sobre permacultura, sin llamarlo así).

Así en la bioconstrucción uní la construcción con la naturaleza y todo cerró.

 Empecé la construcción de mi casita en Mercedes , mi papá me fue enseñando la parte convencional, a hacer  los cimientos, el techo, cómo poner los postes , para luego terminar de cerrar colocando el barro.

 Falleció hace dos años y medio, pero pudo apreciar todo el proceso.» nos cuenta , y podemos vislumbrar ese vínculo de hija y padre tan unido y nutrido por el oficio de construir.

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Y continúa nombrando a sus maestros y maestras en este camino: «Otra referente importante, es Natacha Hugón, quien en tiempos de pandemia daba talleres virtuales.    Ella me transmitió sobre la parte técnica de los materiales, haciendo pruebas, dosificaciones y analizando el comportamiento de las mezclas.                       

También Mariano Videla colaboró con mi formación, él estaba con un proyecto en Mercedes y se acercó a ayudarme con mi casa, me transmitió su pasión en lo que hacía, él forma parte el grupo Alfaterra. (https://www.instagram.com/alfaterra.bio/)

Luego, me mudé a vivir a San Vicente (provincia de Buenos Aires) y entré en contacto con el artista, escultor, carpintero, escritor , cantor y bio-constructor: Santiago Lapine, quien me enseñó además de trabajar el barro , el oficio de la  carpintería.

(https://www.instagram.com/santiagolapine/

Fue un gran inicio, todas las personas con las que he trabajado me han enseñado.

Como Nirguna , quien es una revolucionaria con sus ideas, siempre transmite todo lo que sabe y crea nuevos proyectos.

(https://www.instagram.com/cohabita.entierra/)

También Hernán Durigon, quien nos enseña sobre terminaciones , con materiales como la cal y el yeso.

( https://www.instagram.com/hernandurigon/)

Hace cuatro años  que me dedico de lleno a la bioconstrucción.»

Tanto Natacha Hugón como Hernán Durigon , fueron entrevistados por ebv anteriormente, y vinieron a dar talleres a Rada Tilly ( Chubut) en el 2019.

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Ebv: ¿Cómo salen tus trabajos y como los organizas para concretarlos?

«Estoy comenzando a ser recomendada, al principio fue un camino difícil.

Trabajaba en una cooperativa rural, donde me permitieron armar proyectos y arreglar paredes con estas  técnica.  En la cooperativa me encontré con Óscar, nos hicimos socios, y empezamos a tomar nuestros propios trabajos.

Él por muchos años militó en organizaciones, así que tenía otra mentalidad de hacer algo nuevo, no solo trabajar para los que tienen más dinero. Trabajaba en la Cooperativa de Trabajadores Rurales (CTR), donde se trabajaba en la agricultura y con animales de campo, éste espacio tenía casas y un galpón donde aplicamos las técnicas de construcción en tierra.

Ahora estoy trabajando sola, contratando gente, queriendo armar grupos de trabajos de mujeres y disidencias.

Lo primero que hago es encontrarme con el cliente, pasarle un presupuesto y cuando lo acepta, llega el momento de la organización.

Llevo mis herramientas, contrato las ayudantes, que son amigas, gente que conozco y que trabaja en el rubro.  

Está bueno porque entre todes tratamos de cambiar eso de que la albañilería es sacrificio, lo del asado del viernes, lo de la birra en la obra, intentamos romper estructuras, trabajar a la par, frenar si una está cansada, trabajamos cómodas, generamos estrategias para que el trabajo sea más relajado.»

Así Micaela nos transmite una forma diferente de llevar a cabo la obra arquitectónica, más humanizada.

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Ebv: Vemos que te estás moviendo de un lugar al otro siempre, contanos de esta dinámica.

«Me muevo siempre ya que tengo mi alma viajera, me gusta trabajar en diferentes proyectos, me convocan y así sigo aprendiendo diferentes técnicas de bioconstrucción.

Esto me permite salir de mi zona de confort.»

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Ebv: ¿Varían los materiales en las obras que haces?

«Los materiales van variando dependiendo de la condición que tiene la vivienda.

 Muchas veces me han contratado en la ciudad ( San Vicente, Burzaco, Varela, Brandsen), para revocar ladrillos huecos, así que dependiendo la superficie que tenga busco cual mezcla puede ser mejor.

Realizo pruebas para revoques gruesos  y veo si al barro  le pongo engrudo o más bosta de caballo,  también cuando  hago revoques finos de barro o a la cal, investigo cual es la mezcla óptima.

Sobre la parte estructural  de la obra me estoy formando, aprendiendo  de  cimientos, de bastidores, etc.

Sé mucho de carpintería, pero debo profundizar en la estructura de bastidores  , en su nivelación y aplome.

Mi amiga Camila Estancona arquitecta, me está enseñando a leer planos.

 Me considero una persona muy inquieta, y ante las dificultades salgo adelante, pregunto y hago redes con personas que me acompañan en los procesos.»

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Ebv: Convive arte y militancia en tu quehacer ¿Qué nos podés contar sobre ello?

«Desde muy chica me moví en el ámbito del arte, me parece increíble fusionar el arte con la naturaleza,  pienso que al hacer una pared se puede embellecer el espacio, por ejemplo, me interesa hacer pigmentos con tintes naturales.

Siempre milité sin saber que lo hacía, porque iba con mis ideales, como transmitiéndolos, buscando un cambio a todo lo que por muchos años se repitió en la sociedad y se naturalizó.

Me parece muy interesante poder demostrar en los barrios populares que hay otra forma de construir, que tal vez no te alcanza el dinero porque el cemento o la pintura  es cara, y que existen otros materiales  más económicos y más agradables para la salud.

Por ejemplo, con una bolsa de cal ya podés hacer un montón de pintura, agregándole engrudo y pigmentos de la ferretería. Con todo lo saludable que significa aplicar estas pinturas en una pared de tierra, que respira.

Eso es lo increíble, esa es mi militancia, que se conozca que hay una mejor forma de vivir, que no estamos atados a lo que el capitalismo nos dice.

 Estas formas naturales de construir ya vienen desde hace muchos años, se perdieron por esa manía de construir rápido, con el consumismo más industrial. Son técnicas ancestrales que se pueden mejorar.

Me parece interesante que sea una posibilidad, que las personas puedan elegir y aplicarlo en sus barrios, mucha gente autoconstruye no solo en medio de la naturaleza, sino también en el bosque de cemento (la ciudad).»

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Ebv: ¿Qué le decís a alguien que esta pensando si hacer o no su casa en bioconstrucción?

«Construir una casa natural, hace que pases a interactuar con la misma y con el entorno, es un sistema vivo.

 Una casa de barro, va a absorber la humedad o  va a liberarla al ambiente según necesidad, va a mantener la temperatura óptima si esta bien orientada y diseñada, no va a producir demasiados escombros en su vida útil, va a ser más económica ya que no requerirá demasiada energía para lograr el confort.

El simple hecho de observar por donde sale el sol,  tratar de no derrochar el agua, separar los residuos, generar compost, utilizar biodigestores, son pequeños actos que hacen la diferencia.»

«Ésta es mi forma de relacionarme con la naturaleza, trabajando en conjunto, debemos cuidarla y estar a favor de ella.»

https://www.instagram.com/micaela_mora?utm_source=qr&igsh=MWt3bWp1dzBuaHdhMw==

Micaela nos comparte sobre la organización FOL a través de las palabras de una de sus integrantes: Ana Cannone

«El FOL (Frente de Organizaciones en Lucha) nace al calor de la lucha de les desocupades en los 2000. Varias organizaciones se unen y los ejes que les encuentran es el trabajo con todos los derechos, el desarrollo del trabajo territorial en jóvenes, salud, género, educación y la lucha por un cambio de raíz en la sociedad. A lo largo de estos años se logró con la lucha conquistas importantes, principalmente trabajo para un sector que desde los 90 fue excluido masivamente. Esta organización a partir de la autogestión y el desarrollo de cuadrillas de trabajo, ha construido formas de organización que durante años permite la construcción de obras como veredas, centros comunitarios, espacios recreativos, productivos de distintos tipos, producción de la tierra, etc. El FOL, aparte de organizar trabajo, desarrolla en lo social barrial, servicios esenciales para la comunidad, y construye día a día un futuro distinto, un cambio desde abajo por una sociedad donde les trabajadores sean les dueñes de su propio destino, uno que sea para les más humildes, para quienes día a día construyen este mundo con sus propias manos.»