Las horas de luz comienzan a reducirse, los días son más cortos y las noches más largas. Las hojas de los árboles toman otro color, parece que todo se detiene. Los habitantes de la tierra tenemos que adaptarnos nuevamente al cambio de estación, el equinoccio otoñal.
Las aves aprovecharon los meses cálidos de la temporada estival para reproducirse y abastecerse de alimento. Algunas especies residentes pasarán la temporada fría reduciendo su actividad diaria y utilizando las reservas que el verano proporcionó. Otras deciden marchar.
Cuando los movimientos estacionales lo marcan, la disponibilidad de alimento comienza a disminuir y no tienen lo suficiente para sus procesos reproductivos, es ahí cuando las aves deciden emprender viaje en busca de mejores condiciones climáticas. Guiadas por las estrellas, el sol o el campo magnético de la tierra, las aves migratorias realizan sus periplos cada año recorriendo diferentes rutas migratorias que incluyen paradas estratégicas para abastecerse de alimento, descansar y seguir viaje hacia su destino.
Algunas aves migran de hemisferio viajando miles de kilómetros todos los años, a veces más de quince mil kilómetros. Pasan los meses cálidos de la primavera y el verano en el hemisferio sur y migran hacia el hemisferio norte en busca nuevamente de la temporada estival. Incluso hay especies que han colonizado otros continentes.
Otras aves recorren menos kilómetros, permanecen en nuestro país en los meses cálidos y migran hacia el norte en los meses fríos, llegando algunas hasta el norte de Sudamérica. De igual modo, especies residentes de la Patagonia Argentina aparecen en el centro del país o más al norte en otoño e invierno.
A continuación, algunas especies migratorias que he logrado registrar:

El Palmar, Entre Ríos.
Ave rapaz migratoria que cría en las praderas agrícolas del oeste de Estados Unidos y Canadá. Migra en el invierno boreal hacia las zonas agrícolas del centro de Argentina.

Utracán, La Pampa.
Ave playera migratoria. Nidifica en los humedales del oeste de América del Norte, migran en el invierno hacia el hemisferio sur. Se registran en casi toda la Argentina, en lagos y lagunas salinos, llegando incluso hasta Tierra del Fuego.

El Palmar, Entre Ríos.
Ave migratoria residente en nuestro país desde mediados de la primavera hasta el fin del verano, pasa el invierno en el norte de Sudamérica

Toay, La Pampa.
Ave migratoria residente en nuestro país desde el comienzo de la primavera hasta el fin del verano. Pasa el invierno en el norte de Sudamérica.

General. Pico, La Pampa.
Ave migratoria habitante de la Patagonia Argentina. Migra hacia el centro del país en la época invernal.
Por Julieta Mangas – Técnica en Manejo, Gestión y Conservación de Biodiversidad.

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