Nuestra sección MIRAR AL OTRO, en esta oportunidad enfoca su mirada en los acontecimientos que nos conmocionaron en el verano pasado, sucedidos en la Comarca ANDINA.
Hablamos de los incendios simultáneos e intencionales que arrasaron con personas, casas, animales y bosques, en solo un instante.
Buscamos la mirada de esas personas que se pusieron la situación al hombro, frente al impacto, la emergencia y el dolor.
Marco Aresta (arquitecto, bioconstructor) (*1) nos cuenta lo vivido, el shock, la reacción, la empatía y la humanidad, ante la catástrofe. La solidaridad casi única de un pueblo que sabe mirar al otro y ponerse en sus zapatos, cargar la pala al hombro y empezar a levantar “una casita a la vez “
Entrevista:
El buen vivir: ¿Si tenes que relatarnos lo vivido desde el inicio de estos acontecimientos, que nos contarías?, ¿Cómo impactó el comienzo de los incendios, como te encontró, que impulso, sensaciones y emociones se activaron en vos?,¿Con qué te encontraste el primer día que fuiste al lugar afectado? Dónde se iniciaría la reconstrucción.
Marco Aresta: Al día siguiente de los incendios fuimos a ver a amigos que estaban cerca de lo ocurrido y por suerte estaban bien, entonces nos fuimos a ayudar al gimnasio, adonde llegaban un montón de donativos, de ropa, desde todos lados. Ahí pasamos los primeros dos días y nos encontramos con una ex alumna de Nuria (mi compañera), quien había perdido todo y estaba ahí que no sabía qué hacer.
La verdad que conociendo su personalidad fuerte y verla arrastrarse por las paredes, impactaba, además ver a otras personas que iban pasando por el gimnasio, era impactante el estado anímico y emocional.
Cada vez que bajaba a casa y viendo el escenario, me corrían las lágrimas, no lo podía creer, ahora miro por la ventana y todavía no lo puedo creer.
Obviamente que todo el pueblo estaba conmocionado, la gente se abrazaba, lloraba, era un escenario que nunca había vivido, de profunda calamidad y de desastre total. Un estado de emergencia.
Dijimos con Nuria: “¡vamos al barrio a la casa de Luna!!”. Cuando llegamos todo era negro, quedábamos de hollín hasta la nariz. Ahora es muy distinto el escenario de verdad.
Ahí estaban poniendo un encadenado, empezamos a ayudar, y veíamos que así no se avanzaba mucho, ya estaban surgiendo algunos donativos.
Al día siguiente a primer hora, 7, 8 de la mañana como es su costumbre cae a mi estudio Jorge Belanko (*2), mi maestro, y nos dice: “¡chicos vamos!, ¡hay que hacer algo, acá están mis herramientas, suma las tuyas y hay que meterle, hay que buscar una cuenta para recibir los donativos” ! ; empezó a agitar y nos fuimos al lugar a trabajar.
¡Y así empezó todo!!, armamos como una tribu que dio por resultado 5 casas cerradas en un mes y medio, 20 techos y 5 camiones de adobes. Trabajamos junto a otro grupo de vecinas, que se llaman “las vecinas del amor” (Nuria, Lilo, Belén y July)
En el camino tuve la idea de generar el centro comunitario donde concentrar los donativos de herramientas y materiales; y de armar una cooperativa de trabajo que ya funciona. Tenemos cancha de cortados de adobes y pañol. En la segunda etapa tendremos el montado de carpinterías y en agosto empezaremos con la producción del material.
Por ahora están esas casas y apuntamos a empezar a trabajar con el modo más rápido que será con bastidores de quincha, ya tenemos el diseño, haremos lista de materiales y produciremos los bastidores.
Y bueno ¡así fue como pasó!, concluye Marco.
ebv: “Una casa a la vez”, escuché o leí de la iniciativa con Jorge. ¿Cómo va eso?
MA: Ese fue nuestro lema desde el inicio porque todo era una locura, empezar a desparramar donativos no era una solución. Así que todo lo que entraba iba para la primera casa de Luna y Selva, cuando esa casa ya estaba adelantada, al tercer día ya poníamos la plata en otro techo. Mientras, a la noche yo dibujaba, hacia los planos y le pasaba lista de materiales a Nuria. Ella todo el día daba vueltas por los aserraderos, los corralones y conseguía fletes de amigues que llevaban los materiales a los terrenos. Y era así, una casa a la vez, siempre fue el lema y continúa siéndolo.
Ahora lo que estamos haciendo principalmente es asesorar y organizar los voluntariados , porque los vecinos ya salieron del estado de conmoción, ya están fuertes a nivel emocional, y trabajan en sus casas.
Los revoques de las casas los hicieron prácticamente ellos, yo he pasado muy poco, sólo a enseñar la primera mezcla y después seguían solos.
Al principio no había herramientas y la gente clavaba con piedras, ahora ya hay martillos, carretillas, hormigoneras, generadores, fue mejorando mucho la construcción y logramos casas con más eficiencia.
En plena emergencia la gente hacia lo que podía, plantaban unos palos, ponían un nylon arriba y se instalaban adentro. Unos se daban maña con herramientas y otros estaban con niños en brazos, y no podían hacer nada de construcción.
Aun hoy muchas familias están sin techo, pero en los barrios que estamos trabajando que son Ecoaldea, Bosques del Sur y El Pinar, ya hemos hecho unos cuantos,
Se sumó Marcelo, un techista con su grupo, quien propuso hacer los techos y luego entramos nosotros a levantar paredes.
Desde hace unas semanas armamos el diseño, la lista de materiales, conseguimos las maderas, entra Marcelo arma el techo y volvemos nosotros con los adobes a levantar paredes, que a partir de agosto ya las levantaremos en quincha.
ebv: ¿Qué te está dejando en tu crecimiento personal esta experiencia?
A nivel personal lo que me deja es una profunda admiración principalmente por la Comarca Andina, por el nivel de conciencia que hay acá de voluntariado, de gente muy fuerte, ¡muy fuerte! -repite Marco-, somos varios que hace un mes y medio no aflojamos, aun bajo lluvia.
Ahora está todo un poquito más calmo, las propias familias también necesitan descansar, porque es una locura recibir gente en sus terrenos todo el día, así que esta todo más calmo.
Pero este mes y medio fue increíble.
Desde mi experiencia personal, afirmo que podemos dar respuesta con la construcción natural en tierra, rápida y fácilmente.
Tenemos el oro bajo los pies, ya que tenemos los bancos de arcilla, es solo hacer un pozo, mezclar un poquito de agua y armar la pared…¡jajjajajja!. es increíble no? Y eso es generar independencia. – afirma Marco con total convicción.
Así que me pone feliz ya que tenía toda la teoría, habíamos trabajado con viviendas de bajo costo, junto con Jorge en distintas situaciones, pero acá fue la oportunidad de poner todo eso a prueba, teníamos el modo, el conocimiento y el material debajo de los pies.
Fue hacer verdadero y posible, lo que ya andábamos probando en teoría y con ganas de experimentar con más fuerza. ¡Se dio con todo eso!
Por lo cual podemos afirmar que esto funciona, a bajo costo, rápido, eficiente, con bajo impacto ambiental.
Con la posibilidad de que la gente rápidamente intuya cómo se hace y lo haga ella misma. Con lo cual se amplía mucho la posibilidad de hacer, porque genera mano de obra, ya que se van capacitando en el momento de construir.
Bueno todo esto, medio que ya lo intuíamos, pero ante una emergencia la construcción en tierra siempre quedaba un poquito en duda, cuestionable.
¡Y acá RESULTÓ!
¡Así que eso es lo que rescato!
Concluye MARCO ARESTA, quien no dudó en salir a ver qué se podía hacer ante tremenda emergencia; con todas sus herramientas tanto materiales como teóricas, empíricas y principalmente con toda su humanidad.
Junto a un grupo de personas que saben reaccionar solidariamente.
ALGUNOS VIDEOS Y NOTAS QUE NOS COMPARTE MARCO:
*1- MARCO ARESTA :
EXPERIENCIA
2005-Arquitecto (FA-UTL) y Artista Plástico
2009 – 2015-Docente de Morfología General y Arquitectura Sustentable (FADU-UBA).
2011 – 2015-Director y tutor de Investigación SI-IEHu (UBA)
2018-Docente invitado de la Maestría en Bioconstrucción (Universidad Nebrija, España)
Tareas de investigación, docencia, proyecto y asesoría técnica en el ámbito de la BioArquitectura y Construcción Natural, con más de 100 proyectos de arquitectura
Albañil (reconocido por el maestro Jorge Belanko con 8 años de prácticas)
AUTOR DE LIBROS:
Arquitecturas Biológicas – la pasión por la forma
Arquitectura Biológica – la vivienda como organismo vivo
Módulo Orgánico – manual de auto-construcción de viviendas sostenibles
Autor de varios artículos en revistas y seminarios especializados.
EDUCACION:
2006-Especialista en Diseño Bioclimático (SCA Lisboa)
2012 -Maestría en Lógica y Técnica de la Forma
(FADU-UBA)
*2-JORGE BELANKO:
Constructor Natural. Se inició en el oficio de la construcción a los 12 años, acompañando a su padre. Hace varios años comenzó a investigar y experimentar con materiales y técnicas naturales. Hoy lleva realizadas varias obras de este tipo en La Comarca Andina y en otros puntos del país.
En sus comienzos lo llamaban “El loco del barro” y con el tiempo se convirtió en el referente nacional en construcción con materiales naturales.
En su documental El barro, las manos, la casa –para el cual contó con un subsidio de la secretaría de Cultura de la Nación–, explica cómo construir una vivienda con materiales naturales desde los cimientos hasta el techo. También realiza un recorrido por las técnicas posibles como adobes, quincha y bloques térmicos. Dura casi dos horas y fue dirigido por Gustavo Marangoni. https://www.youtube.com/watch?v=nX9WXQmKp5U
Docente, capacitador de gran número de bioconstructores tanto en nuestro país, como en otros países.
Ambos maestros, son parte de la formación de quien escribe esta nota para EL BUEN VIVIR. (Gabriela Melo)
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