El viaje hacia dentro

Abr 23, 2021 | Lazos yoguis, Sexto Elemento | 0 Comentarios

Llega el otoño y toda la energía del verano, del estar afuera, comienza a ralentizarse, como si de repente una fuerza nos invitara a ir hacia el interior, a recogernos al centro del ser para comenzar a prepararnos para el invierno. Una energía que nos conecta con el agradecimiento por lo cosechado, y en donde […]

Llega el otoño y toda la energía del verano, del estar afuera, comienza a ralentizarse, como si de repente una fuerza nos invitara a ir hacia el interior, a recogernos al centro del ser para comenzar a prepararnos para el invierno. Una energía que nos conecta con el agradecimiento por lo cosechado, y en donde los cuerpos necesitan almacenar energía para los meses mas fríos y el invierno que seguirá.

Poder transitar este momento es fundamental en todos los ciclos de la vida, pero si comenzamos a llevarlo adelante desde las infancias, a través de por ejemplo: rituales familiares, podemos guiarlas, como así también a las adolescencias, a vivenciar con otros significados el otoño, para que no sea meramente asociado al comienzo de clases y a la caída de hojas.

Una excelente actividad para proponerse en familia son las caminatas conscientes, en donde el andar es el más lento posible, en completo silencio. Se comienza inhalando al apoyar el talón y exhalando al tocar con  la planta y dedos del pie. Ese andar, marcado por el ritmo de la respiración puede ir modificándose poco a poco, con el agregado de los sonidos que se generan al caminar (por ejemplo el crujido de las hojas) y percibiendo cómo conectamos con eso. Esta dinámica nos invita a ir hacia dentro, a ser conscientes de nuestra respiración y movimiento, pero además resulta divertido al compartirlo, porque al principio pueden suceder momentos de risa -cuando no se puede sincronizar movimiento y respiración- o cuando alguien emite algún tipo de sonido.

En algunas culturas el otoño representa el inicio del movimiento externo que se retrae para cambiar la dirección externa hacia la interna, para que el ingreso al invierno sea paso a paso, respirando e inhalando. Es un momento del año que tiene características del mundo interior; y el trabajar la paciencia, por ende, es un buen momento para -por ejemplo-: invitarles a tejer con los dedos mientras realizan respiraciones profundas, cada vez que se realiza una vuelta para colocar el primer punto en cada dedo y exhalar al pasar la segunda fila de puntos… incluso pueden acordar cómo realizar la respiraciones. (ver bibliografía)

Sucede a veces que por la energía del verano y la «modernidad» que es activa ya que predominan las acciones hacia afuera, puede llegar a existir una resistencia a este tipo de actividades, no solo por el hecho de lo anteriormente planteado sino también por la resistencia a la observación interior, a encontrarnos en esos momentos que permiten ser disparadores de ideas para vivenciar  el transitar los adentros, como propone Beatriz Larepa con su libro : «El objetivo de este trabajo es poder reflexionar sobre la situación actual. Nos invita a la calma, a reconectar con nosotr@s mism@s, a ser conscientes de nuestras emociones y pensamientos, a recapacitar sobre las cosas que de verdad nos resultan importantes y a imaginar el mundo que nos gustaría construir».  Siendo una hermosa actividad para compartirlas cada tarde al regresar  a casa luego de las actividades, o para que docentes, profesores de yoga, terapeutas utilicen en sus espacios, habilitando la escucha y la comunicación de otra forma. (ver bibliografía)

Si desde pequeños o jóvenes planteamos el transitar el otoño desde la consciencia en la administración de lo interno y lo externo, cuanto más propiciemos los espacios de escucha, se está habilitando espacios para vivenciar la calma, el silencio, el paso a paso. Y por supuesto el adentrarnos en la creatividad del otoño experimentada por la sensibilidad interior. Para esto podemos proponer confeccionar una paleta de colores con las distintas hojas que se encuentren afuera de casa o del patio de la escuela o salón de Yoga y a su vez, proponerles agudizar los oídos:  en una lugar en donde hay muchas hojas secas en las veredas, parques o plazas, es la oportunidad de oír el crujido de las hojas secas al pisarlas. Si esto no estuviera dentro de las posibilidades, se puede utilizar Las cuatro estaciones, de Vivaldi, moviendo su cuerpo como lo sientan.

Los cambios de estaciones es una herramienta de la naturaleza para poder explicarle a las infancias, por supuesto también a los adolescentes: que lo que existe en la naturaleza está en constante movimiento y transformación; que podemos sincronizar nuestro cuerpo, nuestro ser para sintonizar con ella y que lleguen percibir la conexión con nuestro entorno y así poder conectar los cambios que se producen a nivel emocional, mental y físico en esos momentos.

También el otoño desde la Medicina China implica un momento  de preparación para los cambios de temperatura y la adaptación a esos espacios introspectivos y de interiorización. Es época de descomposición y limpieza, donde los árboles pierden sus hojas y los animales cambian el pelo. Es una etapa donde la capacidad de adaptación recae sobre nuestros pulmones,  regulan la respiración y ayudan al corazón en la circulación de la sangre, por lo que enseñar o proponer ejercicios de respiración, además de fortalecer, propician los estados de calma y la relajación. Existe una técnica muy divertida que se llama: respiración del director/a de orquesta: partiendo de la postura de montaña (parado con piernas separadas un poco mas ancho de cadera) se inhala llevando los brazos al frente y se continúa hasta que llegan arriba de la cabeza,  ahora se exhala produciendo el sonido ¡HA! y dejando caer los brazos, el torso hacia delante entre las piernas ligeramente flexionadas. Se vuelve a inhalar subiendo hasta arriba y se repite todo el movimiento.

Durante el equinoccio de otoño, en el que las fuerzas del día y de la noche  encontraron un punto de equilibrio, sucede ese momento único para, a partir de entonces, balancearse hacia la noche, ese momento de lo oscuro, lo pasivo, la sombra, la calma, la profundidad, la escucha. Acompañar infancias y juventudes a transitar este momento les permitirá, quizás, pensar el ahora y vislumbrar el futuro sin temor a lo desconocido, a los cambios y más en conexión con la naturaleza.

– Tich Nhat Hanh y la comunidad de Plum Village. Plantando Semillas, la práctica del Mindfulness con niños. Editorial Kairós, 2015.

– Flynn, Lisa. Libro Práctico de Yoga para Niños. Editorial Sirio, 2013

– https://www.educapeques.com/recursos-para-el-aula/otono-fichas-trabajo.html

– Larepa, Beatriz: https://beatrizlarepa.com/portfolio/transitar-los-adentros/  

– Chuvarovsky ,Tamara: https://youtu.be/gL8S77sg1jI

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