Hace muchos años que vengo enseñando a alimentarnos de otra manera, a responsabilizarnos por lo que ponemos en el plato todos los días y volver a la tierra.

Que nuestra descendencia vea que el tomate no nace en la góndola del super ¿y cuanto más tiempo pasará antes de que la enseñanza de huerta sea una materia obligatoria en las escuelas y jardines? pero eso lo dejo para otro momento.

La huerta de otoño en la Patagonia de Estepa.

Hay cultivos que se desarrollan muy bien con temperaturas más frescas y día cortos:

  Es el caso de las hortalizas de hoja como las lechugas, espinacas, rúculas, coliflor, repollo, kale, mostazas, escarolas, kyona, pack choi, zanahorias, rabanito y las de bulbo como la cebolla, el ajo y el puerro.

También es la época de las leguminosas!!! Habas y chauchas aunque para ellas espero que venga el frío, que en nuestra zona nunca se sabe cuándo será .

Lo que sí, voy pensando en las estructuras para que trepen las habas y chauchas, las voy armando y dejando listas para cuando llegue la siembra.

Yo comienzo a sembrar a fines de febrero, haciendo almácigos individuales (plugs) lo que me permite tener mayor control sanitario de mis semillas ya que son mis “pequeños tesoros” semillas libres de fertilizantes químicos e insecticidas que cosecho hace mas de 10 años y espero seguir agregando más.

Siempre recuerden hacer siembras escalonadas (cada 10 días) en especial de lechuga y rúcula para tenerla a disposición siempre fresquita y no encontrarnos en una sola semana con 50 plantas listas y después qué?

Mis cosechas son siempre de hojas más antiguas y unas poquitas por planta, no arranco la planta completa. Esta cosecha también me permite controlar sanidad y observar si algunos bichitos, con los que comparto comida, están desmadrándose y tengo que actuar. Recuerden: mi marca registrada de huerta orgánica es esa, el compartir, vivimos en un ecosistema donde hay muchos otros animales alimentándose y si veo una verdura toda perfecta, desconfío! Ahí hubo agroquímico.

¿Les gustó esta pequeña introducción? Me pueden contar de las huertas de sus abuelos,  de sus recuerdos de chicos cuando jugaban en los patios familiares. Yo empecé así, en la huerta de mi abuela hija de tehuelches y en los cerros de Comodoro Rivadavia, buscando lagartijas y cascarudos y algunas veces arañas pollitos o alacranes y viendo cómo podía alimentarlos.

Nadia V. Garcia

Tec. en Floricultura (UBA)

Nadia Garcia

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