La relación estrecha entre el ser humano y las plantas existió desde tiempos remotos. Este contacto generó una gran sabiduría que ha contribuido a la supervivencia y el bienestar de las comunidades en la Tierra.
Hoy en día el conocimiento propio de cada pueblo acerca del uso de plantas y del ambiente natural, está siendo olvidado e inactivado debido a procesos vinculados a la modernidad y la globalización.
Afortunadamente, tanto en las ciudades como en los pueblos del campo, contamos con la oportunidad de aprender directamente de las personas que mantienen vigente su vínculo con sus queridas plantas para curarse, protegerse, prevenir enfermedades y lograr un estado de salud equilibrado entre el cuerpo, las emociones y el ambiente que lo rodea.
El verano es la estación propicia para la maduración de los frutos: el calor, la amplitud de horas de luz hace que la actividad biológica, en general, sea intensa. El cuerpo, como componente de un sistema amplio, no está exento de ese factor. Vamos a explorar qué posibilidades, tenemos en casa, para afrontar los problemas de salud más comunes en esta etapa:
El calor y la exposición solar hacen que perdamos mucha agua corporal, no solo debido al sudor, sino también con la orina o las heces.
Para prevenir y solucionar la deshidratación es fundamental restituir los líquidos perdidos con agua o bebidas isotónicas, en la medida justa. La ingesta de líquidos siempre debe ir en sintonía con la actividad física y la condición de salud.
Sugerencia: comenzar el día con un vaso de agua desclorada (hervida por 20 min y enfriada o dejada en reposo durante 24 hs en recibiente de boca ancha) mezclada con una puntita de cucharada tamaño té de bicarbonato de sodio y medio limón exprimido. Puede repetirse por 4 o 5 días, sin inconvenientes.
Tomar sol en horarios de rayos perpendiculares a la corteza terrestre (de 11 a 16 hs) puede provocar quemaduras entre leves y graves con producción de ampollas y ulceraciones.
Sugerencia: Para evitar que esto pase, la solución es tan sencilla como utilizar protectores solares naturales a base de aceite de coco, zanahoria, cera de abejas, y plantas protectoras como el pañil, la caléndula y el botón de oro. Además es importante la exposición paulatina de nuestra piel al sol, a medida que la primavera se desarrolla, de forma de activar los melanocitos que producen el pigmento protector propio de nuestro cuerpo, la melanina.
En verano es más habitual contraer alguna intoxicación, que se produce al comer alimentos que se han puesto en mal estado debido al calor o bien porque nuestro cuerpo, insolado, no pudo realizar de forma completa la digestión. Estas intoxicaciones pueden causar diarreas, náuseas, cefaleas y vómitos. En ese caso hay que estar en reposo, respetar el proceso que el cuerpo hace para eliminar las toxinas producidas, hacer ayuno líquido (agua natural y jugos de fruta), comidas suaves y sin procesar. Se puede complementar la compostura integral con algunas infusiones suaves de rosa mosqueta, pañil, carqueja o mentas.
A continuación comparto tres fichas de plantas nativas de la Patagonia que resultan útiles para acompañar los procesos antes mencionados.

·Medicina: La infusión suave de 2 hojas pequeñitas por taza de agua caliente, resulta eficiente para disminuir los dolores de cabeza, los golpes, los dolores óseos y musculares. El agua del cocimiento de sus hojas (durante 10 minutos) es utilizada para la cura externa de sabañones, hongos y pediculosis. Su uso diario, en forma de baños, combate el mal olor de los pies y, en forma de compresas, es una aliada para combatir dolores reumáticos. El agua de decocción sirve también como líquido desinfectante, en la casa.
Tintura: Se hierven las hojas en agua y se sumerge la lana o la tela a colorear. El resultado varía entre colores ocre-dorado-anaranjado.
Repelente: el sahumado (humo) de sus ramas sirve como repelente de insectos en el hogar y el agua de decocción de las hojas es buen limpiador de baños y pisos.

Medicina: De uso externo para tratar problemas de la piel. La infusión de sus hojas es una excelente aliada en el tratamiento de alergias, heridas, golpes y lastimaduras. La leche de los pimpollos y las hojas pueden aplicarse en forma de cataplasma sobre forúnculos, pústulas y granos infectados. Sus hojitas machacadas (con un poco de agua tibia) puestas en la frente u ojos alivia dolores de cabeza.
Adorno: Sus hermosas inflorescencias amarillas pueden alegrar cualquier ramo de flores secas.
Tintura: Se hierven las hojas en agua y se sumerge la lana o la tela a colorear. El resultado varía entre colores ocre-dorado-anaranjado.
Malvarrubia, marrubio, yerba del sapo (Marrubium vulgare)
Uso medicinal: La infusión de las hojas se usa para tratar los catarros, es purificador de la sangre y estimulante del cuerpo. Además es un buen tónico amargo digestivo, sobretodo ayuda al hígado y bazo. Es un buen antiespasmódico y, usada en baño de asiento, desinflama las hemorroides.
Recuerden que reforzar las relaciones comunitarias, charlar de plantas con las vecinas y vecinos son las vías más seguras y amenas para aprender nombres, usos, formas de cultivo e historias sorprendentes de las plantas que nos rodean.
¡Buenaventura y salud!

Bióloga, madre, agricultora y boticaria
0 comentarios